1. las sinuosidad del propio cuerpo
2. los amores sorpresivos y pasajeros, sin rollos y destinado a disolverse en el tiempo
3. recuperar la seguridad
4. cuando vas de compras y todo lo que te probás te queda bien, a pesar de que no te matás en un gimnasio ni sos una diet freak
5. cuando en el laburo hay gente que hace que te den ganas de ir -aún cuando no tenés ganas de salir de la cama a sentarte frente a la computadora-
6. cuando te tocan por primera vez
7. el primer orgasmo
8. el primer orgasmo sola!!
9. cuando descubrís tu "ahí" y sabés explicárselo a el... y el lo entiende!!! -yo no le vi la cara a dios, como dicen, pero sí ví estrellitas-
10. cuando aprendés a decir extactamente lo que querés sin pelearte con nadie y sin sentirte culpable ni exagerada
11. cuando dejás de pedir permiso -y no sólo a tus viejos...-
12. cuando te portás tan mal que, aunque nadie te rete ni esté prestando atención, te relamés recordando
13. cuando aprendés a bailar y a dejarte llevar sin sentir "cosita" si te toman de las caderas y otro cuerpo te roza
14. sentirte deseada
15. cuando tu "amiga" la que le quita el novio a todas o se la pasa coqueteando con todos los tipos que te gustan, el tipo que te gusta no le da ni pelota, y, encima, te trata como a una diosa
16. cuando dejás de sentir a las demás mujeres como amenaza y podés cultivar amigas en todos lados
17. cuando por fin lográs que cada cosa que te dice tu vieja no pese toneladas y que ademas te diviertan
18. mandar elegantemente por un tubo a ese tipo que es un agujero negro sin que duela tanto, y pudiendo escuchar sus rollos y manipulaciones sin que te afecten
19. cuando tu ex, el que te hizo sufrir como magdalena, se la pasa saltando de gato en gato, amargado... y cuando te lo encontrás no te puede sacar los ojos de encima y se porta como un adolescente
20. los amigos hombres -pero amigos amigos eh? no histeriqueadas-: divertidos, simples, transparentes como gota de agua, sin competencias... y una biblia
21. hacer reir a alguien
22. hacer sentir mejor a alguien
23. ayudar
24. cuando dejás de sentirte incómoda, a disgusto o tan inconforme con tu cuerpo
25. cuando te das cuenta que, si bien el corazón no entiende razones, podés elegir cuándo hacerle caso y cuándo no... porque tenés todo el derecho del mundo a elegir ser felíz
26. cuando te das cuenta que el hombre que tenés al lado es el amor de tu vida... y se lo decís y no sale corriendo
Para muestra un botón. Qué rico ser mujer.
viernes, 27 de julio de 2007
Esta boca es mia
Mía. Mía. Hace ya no sé cuanto abrí este blog. Como empezando algo que no sabía muy bien qué era ni cómo iba a continuar. Como suelo comenzar muchas cosas en la vida.
Después, como suelo también hacer seguido, lo abandoné. Tenía mucho tiempo sin abrirlo. Miedo, puro miedo. No es que no tenga cosas que decir, es que, simplemente, tenía miedo de decir boludez y media nomás. Hoy, al pedo como cenicero de moto, surfeando en el mundo blog, me acuerdo del mío, y me doy cuenta, que en realidad, no importa lo que diga.
Todos tenemos algo que decir y algo que contar y puede que a muchos no les parezca -aunque puede también que nadie lea este blog y me salve de la tan temida crítica. Pero me parece por momentos que es gracias a la cantidad de boludeces que pensamos, decimos y compartimos, que nacen algunos de los pensamientos más lúcidos que podemos llegar a tener. Luego, gracias a esos momentos, hacemos cosas drásticas, fantásticas -en términos de que nunca pensamos que haríamos, o ni siquiera se nos ocurría, no estaba en nuestro universo de vida- lindas, bárbaras... y a veces también reverendas pelotudeces... pero, quién nos quita lo bailado? quién nos quita la sensación cuando una vez tomada la desición nos ponemos en campaña? la fuerza, la emoción, el placer?
Así que retomo, con ganas de decir un montón de cosas, y como dice el dicho que dice: "el que quiera oir, que oiga". Y el que no, bueno... no y listo.
Después, como suelo también hacer seguido, lo abandoné. Tenía mucho tiempo sin abrirlo. Miedo, puro miedo. No es que no tenga cosas que decir, es que, simplemente, tenía miedo de decir boludez y media nomás. Hoy, al pedo como cenicero de moto, surfeando en el mundo blog, me acuerdo del mío, y me doy cuenta, que en realidad, no importa lo que diga.
Todos tenemos algo que decir y algo que contar y puede que a muchos no les parezca -aunque puede también que nadie lea este blog y me salve de la tan temida crítica. Pero me parece por momentos que es gracias a la cantidad de boludeces que pensamos, decimos y compartimos, que nacen algunos de los pensamientos más lúcidos que podemos llegar a tener. Luego, gracias a esos momentos, hacemos cosas drásticas, fantásticas -en términos de que nunca pensamos que haríamos, o ni siquiera se nos ocurría, no estaba en nuestro universo de vida- lindas, bárbaras... y a veces también reverendas pelotudeces... pero, quién nos quita lo bailado? quién nos quita la sensación cuando una vez tomada la desición nos ponemos en campaña? la fuerza, la emoción, el placer?
Así que retomo, con ganas de decir un montón de cosas, y como dice el dicho que dice: "el que quiera oir, que oiga". Y el que no, bueno... no y listo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)