En cuanto al suceso -al cual de ahora en adelante me referiré como el innombrable, no vaya a ser que por aquello de "no lo llames porque aparece" se me venga otra vez encima y peor- no más novedades para contar.
Sweet relief.
Pasé de las cortinas bajas y el encierro a la descarada cara de culo, impunes salidas y entradas de casa muy en la mía y obvia presencia casera del tipo "Si, estoy. Pero no tengo ganas ni pienso abrirte la puerta ni darte bola".
El acoso, los controles -lo prometo eh? no es paranoia, hay testigos- y la metidez perdieron por cansancio y se acabaron.
Fiu.
PD: no vayan a creer, soy muy sociable, muy buena gente, y puedo llegar a ser una vecina con mucha onda, siempre y cuando me dejen elegir con quién, cómo, y cuando. Es mucho pedir?
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