La tristeza, la impotencia, el dolor. Todo. Acá, en la boca del estómago, en la mandíbula, en las manos, en las rodillas.
Mi corazón y mi cuerpo se fundieron en una masa amorfa y apaleada.
Y pienso y tiemblo.
Y miro para atrás y quiero llorar hasta que se me sequen los ojos. A ver si así por lo menos puedo ver si existe alguna manera de terminar rápido con esto.
Dolor de panza y la sensación de que va a ser para siempre.
Hoy no quiero estar en el mundo. Y no quiero estar por un buen rato. Así podría safar de todo esto. Dejar de sentir. Un rato. Un ratito. Nada más. Por favor.
Por lo menos me borro de acá. Virtualmente, dejo de existir un rato. A ver si por lo menos, en parte, la fantasía de desconexión se hace realidad, aunque sea en un pedazo de mi.
Algún día vuelvo. Me fui a morirme de tristeza un rato.
viernes, 16 de mayo de 2008
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