Mis delires cambian de aire. De mi adorado DeFe a esta felina ciudad del estado de guanajuato. Pero ahora más debrayados y peores que nunca: dejé mi selva de concreto por amor -porque honestamente, hasta ahora, esta ciudad es lo único que tiene para ofrecerme- y, como buena mina argentina, psicoanalizada, autónoma, liberada e hiperactiva, es una desición que me cuestiono permanentemente y con los argumentos más contradictorios.
León me mata... pero bueno, apenas van tres meses... veremos qué pasa...
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