XXIII Festival Internacional de Cine, y una de las ciudades qué más me gustan:
- calorcito, brisa refrescante, vientito juguetón, árboles de copas grandes y frondosas, bugambilias y jacarandas por todos lados
- los locales: lindos y altivos, pero simpáticos y coquetos
- los visitantes, y sentarse en el lobby a vouyerear, ver y ser vista: actores, actrices, directores, periodistas, críticos, gente de la industria... cuanto flirteo! Y sobre todo ser visto: "ver" no es más que la forma de ser notado... Ego: el motor del séptimo arte.
- mariscos, cantinas, el barrio gay, el Hospicio Cabañas, el Bar Calavera, los afters, la parrilla Quilmes -con mozos argentinos de verdad-, La Minerva, el DF haciendo presencia y los conocidos: otra vez esa rica sensación cosmopolita
- los amigos, los reencuentros. Esos, por suerte, no exclusivos de la bella jalisciense, pero definitivamente ayudó...
- salas de cine, función de gala, alfombra roja, matiné a las ¡7! de la mañana, pelis hermosas, pelis buenas, pelis fiasco -qué verguenza los argentinos (somos el país invitado!!), qué mala propagando nos hace Santiago Loza-. Me perdí a Pino!! y me perdí a Santaolalla y su Café de los Maestros, Grupo elite, y Los héroes de la península, y me duele que sea prácticamente imposible que lleguen acá... quizás a Guanajuato, habrá que ver (ojalá)... y habrá que volver este fin para ver qué más encontramos!!!
- Quim cerca, y compartir todo y más -las ideas, los descubrimientos, los chistes, las viboreadas,los mimos, el colchón inflable y los ronquidos- con él.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario