Navegamos aguas tiburonadas otras vez.
Pero esta vez, ya no somos mojarritas.
Igual todavía no sabemos cómo nos sentimos eh... raro... somos comos una sirena que va tanteando de a poco la orilla de un mar mil veces surcado.
Aprendé a nadar mariposa de una vez, nena.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario