lunes, 7 de abril de 2008

El sol

A veces, las más, está en vos.

En la punta de tu naríz de botón, que sacudís riéndote cuando le aprieto la punta suavecito, y medio protestás cuando insisto porque me encanta y resulta para mí irresistible.

En tu sonrisa dormida y tu abrazo después de hacer el amor.

En las borracheras compartidas y tu carita somnolienta al día siguiente, cuando me dejás dormir aunque sea una hora más.

En tus manos que dicen te quiero de todas las formas posibles y no conocidas.

Y hoy dormimos siesta, y ahora el sol qué rico, acá adentro.

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